Escrito por Luis Roca
Jusmet
Nicolás Sánchez Varela escribió hace pocos años un libro, publicado por la Editorial Montesinos de titulo polémico.:Nietzsche contra la democracia. El pensamiento político
de Friedrich Nietzsche ( 1862-1872).
Mi conclusión sobre el libro es ambivalente : en parte me ha gustado y en parte no.
Empezaremos por los aspectos que valoro positivamente. Me ha
gustado, en primer lugar, como ejercicio de sociología de la
filosofía. Me parece que es muy necesario este trabajo en la línea
apuntada por Randall Collins y que en nuestro país realizan
filósofos como Francisco Vázquez García o José Luis Moreno
Pestaña. Pienso que una filosofía se ha de contextualizar
biográfica y socialmente, es decir, históricamente. En segundo
lugar González Varela realiza un análisis muy riguroso y
documentado de los análisis y posiciones de Nietzsche frente a los
acontecimientos políticos de su tiempo. Postura que es
inequívocamente reaccionaria, es decir, contraria a los movimientos
emancipatorios de los trabajadores.
Lo
que no me ha gustado es que González Varela fuerza complemente los
hechos para confirmar su hipótesis. ¿ Cuál es su hipótesis ? Que
Nietzsche es básicamente un filósofo político que mantiene una
unidad sistemática en su obra, de un carácter explícitamente
reaccionario. Que esta unidad sistemática la conforma es el período
estudiado ( 1862-1872) y que posteriormente endurece y radicaliza sus
planteamientos. En realidad lo único que prueba el autor es lo que
he dicho anteriormente, aunque tampoco en la manera exagerada que lo
hace. Es decir, que aunque queda claro que Nietzsche está informado
e interesado por la vida política y que se define siempre en
términos reaccionarios, lo que no resulta evidente, como afirma con rotundidad N.G.V. es que esta sea su
preocupación filosófica fundamental. Pero aún aceptando esta
afirmación no podemos extenderla al período más fecundo e
interesante de Nietzsche, que es el que va de 1882 a 1888. Lo que hace
González Varela es seleccionar los fragmentos que le interesan de
algunos libros de esta época, básicamente La Genealogía de la
moral y El Anticristo. Justamente las partes que me
parecen menos interesantes de estos dos libros de su época y que no son,
para mí, los mejores. Me parece que los más
son sugerentes y fecundos son los que no cita o lo hace muy coyunturalmente : La
gaia ciencia, El crepúsculo de los dioses y Más allá del bien y el
mal. Igualmente me parece imprescindible Así habló Zatatustra ,texto fundamental al que prácticamente no se refiere.
Lo que se puede comprobar leyendo con atención estos últimos libros, es que el proyecto de Nietzsche es la transformación radical de todos los valores. Proyecto que no es político, sino cultural. Lo cual no quiere decir que no tenga implicaciones políticas. Pero hay, más allá de ellas, un análisis sobre múltiples aspectos de la cultura y la sociedad en la que vive : el conocimiento, el lenguaje, las creencias, las normas, los valores.... También hay una apuesta ética que me parece muy interesante. Y la ética no se reduce a la política. Como bien afirma González Varela la política es una teoría sobre los medios y los fines del Estado. Por lo menos en la época moderna. Aquí el autor cita a varios filósofos que inician estas reflexiones pero se olvida del primero y uno de los fundamentales, Maquiavelo, del que hubiera sido muy productivo hablar. Pero la vida humana es, aparte de la política, una ética. Como dice Paul Ricoeur la finalidad de la vida humana es "vivir y convivir bien, en el marco de las instituciones justas". Pero Nietzsche también habla de este vivir bien. De lo que es una apuesta trágica por la vida. De prácticas transformadoras del sujeto en el sentido que más parte apuntará Michel Foucault ( al que definirá de una manera bastante ridícula el autor del libro, como "un gran archivista").
Lo que se puede comprobar leyendo con atención estos últimos libros, es que el proyecto de Nietzsche es la transformación radical de todos los valores. Proyecto que no es político, sino cultural. Lo cual no quiere decir que no tenga implicaciones políticas. Pero hay, más allá de ellas, un análisis sobre múltiples aspectos de la cultura y la sociedad en la que vive : el conocimiento, el lenguaje, las creencias, las normas, los valores.... También hay una apuesta ética que me parece muy interesante. Y la ética no se reduce a la política. Como bien afirma González Varela la política es una teoría sobre los medios y los fines del Estado. Por lo menos en la época moderna. Aquí el autor cita a varios filósofos que inician estas reflexiones pero se olvida del primero y uno de los fundamentales, Maquiavelo, del que hubiera sido muy productivo hablar. Pero la vida humana es, aparte de la política, una ética. Como dice Paul Ricoeur la finalidad de la vida humana es "vivir y convivir bien, en el marco de las instituciones justas". Pero Nietzsche también habla de este vivir bien. De lo que es una apuesta trágica por la vida. De prácticas transformadoras del sujeto en el sentido que más parte apuntará Michel Foucault ( al que definirá de una manera bastante ridícula el autor del libro, como "un gran archivista").
Pero
lo que podemos aprender de Nietzsche no le interesa al reduccionista
N.G.V. Él, a lo suyo. En la línea de inquisidores como Victor
Farias. Gente que empieza aportando documentos pero que acaban
obsesionados por la descalificación de un filósofo. También pasa de puntillas por la ruptura con Wagner, por su decepción de la cultura alemana, su desprecio a los movimientos antisemitas o su admiración por la cultura francesa ( contraria a la francofobia de la que nos habla en el libro).
El
estilo pedante de González Varela me conduce a precisar muchos de
sus errores. Por ejemplo, decir que David Hume era un político conservador porque planteaba un
sufragio para propietarios. Esto es no entender lo que fue el
liberalismo, que desde Locke plantea un sufragio censatario. Otros eran los conservadores.
Precisamente toda la genealogía de la moral de Nietzsche está
orientada contra los herederos de Hume. También es muy parcial,
porque le interesa, González Varela al hablar de la enorme influencia de Platón
sobre Nietzsche. Por supuesto que existió pero fue muy ambivalente, porque Nietzsche lo
defiende en un sentido y lo critica radicalmente en otro. Porque el enemigo de
Nietzsche no es solo el igualitarismo, es sobre todo el espiritualismo
y la moral cristiana. Igualmente es dudoso afirmar con tanta
contundencia que Nietzsche no leyó directamente a Goethe o a
Spinoza. En concreto en la correspondencia de Nietzsche se nota un
conocimiento bastante claro y preciso de lo que decía Spinoza, como
apunta su tan odiado
Deleuze. Es totalmente erróneo, por otra parte, referirse a Platón como
un filósofo profesional. En primer lugar porque es dudoso que el término sea correcto para hablar de tiempos anteriores al S.XVIII-XIX. Pero sobre todo porque, como bien ha argumentado el gran filósofo e historiador de la filosofía Pierre Hadot, hasta finales del helenismo no se entendía la filosofía como trabajo sobre textos. Los filósofos planteaban formas de vida, que discutían en centros como, por ejemplo, la Academia.
González Varela parece odiar a los profesores universitarios, aunque
cae en un academicismo excesivo, citando múltiples fuentes
secundarias en cada afirmación. Aunque se olvida, por ejemplo, de
dos de los filósofos que iniciaron esta lectura que él critica, que
fueron Bataille y Klosowski.
El libro debe ser leído, sin duda, por los interesados en Nietzsche
o en la sociología de la filosofía. Que cada cual diga sus
reservas si las encuentra: yo ya he dicho las mías.
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