Escrito por Luis Roca Jusmet
Baruch Spinoza siempre estuvo interesado teórica y prácticamente por la política. La política complementaba su ética y no se se plantea una moral, en el sentido de un código normativo, de unas obligaciones a seguir con respecto a los otros. Hay una propuesta ética que el mismo Spinoza considera un camino difícil y, por tanto, en el que no hay que basarse para construir una alternativa política. Por el contrario, no hemos de partir de humano más perfeccionado de lo que realmente son. Los humanos son sujetos sometidos a sus pasiones. Este le coloca en la tradición de la política realista de Maquiavelo y Hobbes y en contra de utopías como la de Tomás Moro.
Spinoza sufre la intransigencia religiosa de los calvinistas y la política de los Orange. Pero vive una temporada en la que el gran pensionado de Holanda es un liberal, Jan de Witt. Spinoza se posiciona a su favor y deja incluso la redacción de la Ética para escribir su Tratado teológico-político. En el libro pretende sentar las bases para la emancipación de la política de la religión y de la política de los autoritarismos. Lo que quiere defender de manera radical es la libertad de expresión. En los últimos capítulos del libro Spinoza formula su concepción sobre los fundamentos del Estado. Parte del derecho natural, como aquello a lo que nos lleva el conatus, que tendrán una orientación básicamente irracional y nos enfrentará unos con otros, Contra el derecho natural queremos, también por el conatus, conseguir seguridad para vivir sin el peligro de ser atacados por los otros, que podrían seguir un conatus irracional regido por ideas inadecuadas como la avaricia, la soberbia, la venganza o la envidia. Esto nos lleva renunciar al derecho natural a cambio del derecho civil, es decir, de la ley. Este contrato social no implica, como en Hobbes, cambiar libertad por seguridad. No lo implica porque la libertad la entiende Spinoza de una manera diferente que Hobbes. No es la libertad natural de hacer lo que queremos de manera inmediata. A esto Spinoza no lo llama libertad. La libertad, es, por el contrario, el resultado de un trabajo de transformación. Esto tanto a nivel individual como social, es la capacidad de ser guiados por la razón y superar las pasiones. Pero a nivel política no se puede esperar que los ciudadano superen sus pasiones. La guía racional no depende de que los ciudadanos sean racionales ni que lo sean los gobernantes. Depende de que lo sean las leyes. Para ello es importante que las leyes están elaboradas por la multitud, por la mayoría. Esto nos lleva a su Tratado político, obra ´póstuma que desgraciadamente interrumpió su muerte justo cuando estaba desarrollando el tema de la democracia Porque la primera parte de esta libro es una profundización de lo que ya anticipó en el Tratado teológico-político y la segunda es un análisis de las tres formas posibles de gobierno : monarquía, aristocracia y democracia.
El contrato social nos hace renunciar al derecho natural. A cambio de esta renuncia somos libres, porque la libertad es la capacidad de vivir racionalmente y dentro de la racionalidad está, precisamente, el seguir las leyes que nos permiten ser ciudadanos. Pasamos del derecho natural al derecho civil, que son las leyes que deben cumplirse por convicción o por miedo. Aquí el Estado debe ser la garantía última de que la ley se cumpla y que por lo tanto yo pueda ejercer mi derecho a vivir libre y tranquilo. La libertad quiere decir no ser esclavo, pero implica ser súbdito. Somos esclavos cuando nos sometemos a nuestras pasiones o al dominio de los otros y somos súbditos cuando seguimos las leyes. Libertad no quiere decir independencia, quiere decir autonomía. Los cuerpos están todos en relación y ninguno es independiente de los otros.
La finalidad del Estado es la libertad, la seguridad y la paz. La paz lo es porque debe regir las relaciones entre los Estados, que también deben ser racionales. Esta sería la expresión del derecho civil, mientras que la del derecho natural es la guerra, en la que las relaciones de confrontación dependen del propio poder, de lo que queremos imponer al otro. La monarquía, aunque tuviera un consejo consultivo, que debería tenerlo, no es buena. No solamente porque puede derivar en tiranía sino porque es contraria a la libertad, que también debería manifestarse en la elaboración de las leyes. La aristocracia sería para Spinoza un buen sistema si se hiciera una buena selección entre los patricios, pero como estos están sujetos a las pasiones, derivaría en oligarquía. Podemos ver una cierta influencia del último Platón, el de las Leyes, y de Aristóteles. En la democracia se excluyen las mujeres y los siervos, porque no tienen autonomía para decidir. Spinoza es un precedente claro de Locke, aunque este insistirá más en el tema del derecho a la propiedad que Spinoza. La política es la constitución de la sociedad civil, que es el conjunto de los ciudadanos. Hay la idea de multitud, entendida como la fuerza del conjunto de los ciudadano que a través de la cooperación, que permite acumular fuerzas al servicio de objetivos comunes. Pero en Spinoza no se disuelve el individuo en la comunidad, que no es otra cosa que una asociación de ciudadanos.
Los afectos deben estar al margen de la política. El hombre está sujeto, sobre todo, al miedo y la esperanza. Lo que teme y lo que quiere, con la sociedad civil las esperanzas y los temores se comparten, se hacen comunes, se universalizan. Se debe decidir lo que es mejor, en función de los deseos racionales de la multitud. Debe haber una libertad de opinión sin límites pero las leyes se debe obedecer. En este sentido Spinoza es un claro precedente del famoso texto de Kant "¿ Qué es la ilustración ?". Libertad como reconocimiento de la libertad de los otros. Hombres sujetos a sus pasiones pero que son capaces de aceptar unas leyes que benefician a todos, porque iguala los derechos de cualquiera. Siempre aceptando la libertad de pensamiento, de crítica, la potencia del pensar.
BUEN ANÁLISIS, AUNQUE, OBVIAMENTE ES IMPRESENTABLE A TODAS LUCES AL DEJAR DE LADO A LA MUJER COMO SUJETO POLITICO Y DE DERECHOS.
ResponderEliminarBuen análisis, aunque al invisibilizar el rol de la mujer como sujeto político y de derechos, Spinoza se vuelve improductivo para ejercitar todo tipo de estudio respecto de su filosofía política.
ResponderEliminarCompatriota, leyendo lo que sigue de Spinoza puedes ratificar tus dichos:
Eliminar“Pero, preguntará acaso alguien, ¿están las mujeres bajo la autoridad de los hombres por naturaleza o por institución?
Porque si ha sido por mera institución, entonces no tendríamos razón de para excluir a las mujeres del gobierno.
Mas, si consultamos la experiencia, encontraremos que EL ORIGEN ESTÁ EN SU DEBILIDAD “el origen de ello está en su debilidad.
Porque nunca ha habido el caso de hombres y mujeres reinen juntos, sino en cualquier parte de la Tierra donde haya hombres, vemos que los hombres gobiernan, y las mujeres son gobernadas, y que en este plan ambos sexos viven en armonía.
Pero, por otra parte, las amazonas, que se refiere que tenían el desde antiguo, no toleraban hombres en su país, pues criaban sólo a sus hijas hembras, y mataban a los varones que nacían de ellas. No obstante, si por naturaleza las mujeres fueran iguales a los hombres, y fueran distinguidas por la fuerza de carácter y la capacidad, en los cuales consiste principalmente el poder humano y, por ende, el humano derecho, seguramente entre tantas y diferentes naciones se encontrarían algunas en las que ambos sexos gobernaran por igual, y otras donde los hombres estuvieran gobernados por las mujeres, y así, criados de modo que puedan hacer menos uso de sus capacidades.
Y como este es el caso en ninguna parte, se puede aseverar con perfecta propiedad que las mujeres no tienen por naturaleza iguales derechos que los hombres: sino que necesariamente deben ceder ante ellos y que no puede suceder que ambos sexos deban gobernar por igual y mucho menos que los hombres deban ser gobernados por mujeres.
Pero, si reflexionamos aún más sobre las pasiones humanas, como los hombres, de hecho, aman a las mujeres por la pasión del deseo, y estiman su astucia y sabiduría en proporción a la excelencia de su belleza, y también cuán opuestos son los hombres a sufrir que las mujeres a las que aman muestren cualquier clase de favor a otros, así como otros hechos de esta clase, veremos fácilmente que los hombres y las mujeres no pueden gobernar por igual sin gran daño a la paz.”
EliminarEl “eunuquismo” machista sigue prosperando compatriota…Recordemos al “filósofo descamisado” José Pablo Feinmann cuando se refirió a la victoria de María Eugenia Vidal como gobernadora de Buenos Aires diciendo que la “linda chica puede gobernar brillantemente la provincia o puede ser víctima de ese trabajo y terminar en una trata de blanca, porque su belleza la puede condenar a eso” Claro que la inteligente macrista Vidal lo corrigió al “descamisado”: No se dice trata de blancas sino de personas.
Hay que concientizar dicen las congéneres y es así como se lanzan a la calle en vergonzosas marchas para que se “reconozcan sus derechos” y para que los xy se abstengan de violencias psicológicas y físicas.
Signo de debilidad sin duda cuando a la fecha, utilizando elegantes modelos de 45 Pierre Cardin, los implicados depondrían sus actos sin más trámite. Siguiendo al mismo Spinoza se trataría simplemente a volver a ejercer los Derechos naturales, resignados en ocasión de configurarse el Estado.
Saludos
Los lectores radicales de Spinoza, tipo Toni Negri, pasan de puntillas por la cuestión pero todo debe decirse. John Stuart Mill fue el único capaz de pensar diferente, decirlo y luchar por ello. Dos siglos después pero todavía entonces ( y ahora. como bien dices Inés).
EliminarUn abrazo