Escrito por Luis Roca Jusmet
José Luis Moreno Pestaña es uno de los mejores lectores qe Foucault que hay hoy en nuestro país. Forma parte del núcleo andaluz, junto a Francisco Vázquez, que han optado por una lectura menos "maldita" que Miguel Morey.
Moreno Pestaña ha escrito dos libros imprescindibles para los interesados en la obra filósofica de Michel Foucault ( aunque al propio Foucault cuestionaba el término). Obra original y muy potente, razón por la cual necesita ser objeto de crítica y no de devoción. Moreno Pestaña ya vinculó de una manera muy inteligente su trayectoria biográfica, su producción filosófica y su posición política en un libro anterior, Convirtiéndose en Foucault.Sociogénesis de un filósofo ( Montesinos, 2006) Hay una contextualización que nos permite relacionar lo que vive y lo que hace con los que piensa y lo que dice. El libro se centra en la formación de lo que podríamos decir la formación de la identidad filosófica foucaultina, como Foucault , por decirlo así, se inventa a sí mismo. Pero esta autoinvención de es el resultado de la interacción de muchos factores psicológicos, familiares, sociales y culturales.
Es, como concluye el autor, la descripción sobre como un genio se acaba definiendo a partir de los materiales heterogénos que le van formando. Porque también es un proceso histórico y biográfico como el de cualquier otro : hay que evitar los orígenes míticos.
Moreno pestaña también analiza con una precisión y un rigor impresionantes dos escritos de Foucault anteriores a su etapa arqueológica, que es donde se iniciara su prestigio. Uno es "Enfermedad mental y personalidad" y el otro el prólogo a la obra del psiquiatra fenomenólogo alemán Biswranger. Hay aquí muchas cuestiones interesantes, sobre todo la manera como Foucualt se enfrenta a la psicología, que fue, por decirlo así, su primera elección. Múltiples y sugerentes cuestiones aparecen, como su planteamiento de la imagen en polémica con Sartre o su abordaje del psicoanálisis. Muchos personajes van apareciendo : Althusser, Cangelheim, las lecturas de Heidegger, Bataille y Nietzsche. Un libro tan singular sobre Foucault que inmediatamente s epublicó en francés.
La segunda es Foucault y la política (Madrid :Tierradenadie, 2011). Hay una manera precisa y rigurosa de seguir la trayectoria política de Foucault y al mismo tiempo una ética de la verdad que lo ánima, una valentía de decir lo que piensa sin tapujos ni concesiones.
Las nociones de izquierda y derecha son heterogéneas y no siempre sirven para situar a Foucault. Pero con todos los matices, Moreno Pestaña nos señala un itinerario político bastante preciso: gaullismo ambiguo, militancia puntual en el PC francés, una etapa de indefinición política, ultraizquierdismo después de mayo del 68 y afinidad final con el liberalismo y el socialismo liberal. Aquí encontramos los claroscuros de Foucault: por una parte sigue unos vaivenes bastante afines con los contemporáneos intelectuales sobre los que ironiza. Por otra mantiene una cierta distancia crítica que lo hace más lúcido que la mayoría de su generación.
Pero
no todo es política en Foucault : la lectura de su producción
filosófica es compleja y muy rica. Moreno hace varias propuestas
interesantes. Por ejemplo respecto a su noción de verdad,
que no es relativista como a veces se supone, ya que la verdad aunque
no sea absoluta en algún sentido existe.
Hay todo un análisis muy preciso sobre su cuestionamiento radical de las ciencias humanas, especialmente la psicología y la psiquiatría. Esto último por la resistencia del filósofo francés a los intentos de normalización social. Aunque su punto de partida epistemológico, como bien dice Moreno Pestaña, es muy cuestionable, ya que en Las palabras y las cosas pretende situarse por encima de su época. También lo intentó Descartes y puso de manifiesto lo imposible y pretencioso del proyecto : necesitaríamos el Ojo de Dios para hacerlo. Por otra parte también son cuestionables estas identidades culturales homogéneas y cerradas que él llama epistemes. Moreno la critica que el discurso de Foucault sea a a veces profético y, por tanto, no contrastable. En esta época Foucault se mantiene al margen de la política, aunque su vivencia de las revueltas de Túnez, el Mayo del 68 y la presión de los sectores sociales más activos le llevan a una fuerte politización. Aquí hay una especie de guiño al maoísmo que pone en evidencia las concesiones de Foucualt a las presiones del momento político y que le lleva a posiciones tan infumables como la que sostiene en su debate con Noam Chomsky sobre la naturaleza humana y la justícia.Como bien dice Moren Pestaña el debate sitúa a Foucualt en una posición que, vista con la distancia del tiempo, resulta bastante penosa.
Hay todo un análisis muy preciso sobre su cuestionamiento radical de las ciencias humanas, especialmente la psicología y la psiquiatría. Esto último por la resistencia del filósofo francés a los intentos de normalización social. Aunque su punto de partida epistemológico, como bien dice Moreno Pestaña, es muy cuestionable, ya que en Las palabras y las cosas pretende situarse por encima de su época. También lo intentó Descartes y puso de manifiesto lo imposible y pretencioso del proyecto : necesitaríamos el Ojo de Dios para hacerlo. Por otra parte también son cuestionables estas identidades culturales homogéneas y cerradas que él llama epistemes. Moreno la critica que el discurso de Foucault sea a a veces profético y, por tanto, no contrastable. En esta época Foucault se mantiene al margen de la política, aunque su vivencia de las revueltas de Túnez, el Mayo del 68 y la presión de los sectores sociales más activos le llevan a una fuerte politización. Aquí hay una especie de guiño al maoísmo que pone en evidencia las concesiones de Foucualt a las presiones del momento político y que le lleva a posiciones tan infumables como la que sostiene en su debate con Noam Chomsky sobre la naturaleza humana y la justícia.Como bien dice Moren Pestaña el debate sitúa a Foucualt en una posición que, vista con la distancia del tiempo, resulta bastante penosa.
Hay otra
cuestión que es la presencia de Nietzsche en todo su análisis del
poder, su concepción del cuerpo como sujeto ( aunque aquí, como
bien dice Moreno Pestaña, hay una influencia no reconocida de
Merleau-Ponty). El tema del poder sí que queda algo diluido en el análisis
de Moreno Pestaña. Mi análisis es que Foucault cae aquí en muchas
contradicciones, aunque su planteamiento es muy sugerente y da muchos
materiales para trabajarlos, sobre todo en su concepción del poder
como una relación y no como una propiedad, La primera contradicción
está en que su crítica radical no le conduce al cuestionamiento del
poder como tal. Hay una incoherencia en la lógica interna de su
planteamiento, ya que en los momentos en que desarrolla una crítica
más fuerte está defendiendo un poder popular como el que defienden
los maoistas que me parece infumable. Pero lo más interesante es
como sostiene Foucault su análisis crítico del poder en sus últimas
etapas. Lo que acaba haciendo Foucault, y así lo explicita en
algunas entrevistas es que acepta las relaciones poder cuando son
reversibles y no implican una estructura de dominio. Por lo tanto, sí
a las relaciones de poder cuando no son jerárquicas. Hay aquí algo
interesante a desarrollar y a concretar que Foucault no acaba de
hacer. Tenemos aquí también la cuestión de la biopolítica, que
como señala también Moreno Pestaña queda en Foucault como una
elaboración algo confusa que otros filósofos posteriores trabajarán
hasta darle su alcance actual. El tema de las simpatías liberales o
socioliberales de la última época de Foucault queda constatado con
claridad.
Pero tanto como Moreno Pestaña como yo mismo pensamos que el filósofo francés es una aportación interesante para la izquierda democrática. También valdría la pena rastrear a fondo la manera como Foucault entiende la relación entre el liberalismo y la democracia. En todo caso Foucault parece olvidar que la democracia surge en Atenas en un contexto de lucha de clases y que implica la victoria de los pobres sobre los ricos. Sin embargo abre un horizonte para enriquecer nuestra concepción actual de la democracia.Por ejemplo con su recuperación del concepto de parresía ( el coraje de decir la verdad) que aparecerá en uno de sus últimos seminarios : El gobierno de sí y de los otros.
Pero tanto como Moreno Pestaña como yo mismo pensamos que el filósofo francés es una aportación interesante para la izquierda democrática. También valdría la pena rastrear a fondo la manera como Foucault entiende la relación entre el liberalismo y la democracia. En todo caso Foucault parece olvidar que la democracia surge en Atenas en un contexto de lucha de clases y que implica la victoria de los pobres sobre los ricos. Sin embargo abre un horizonte para enriquecer nuestra concepción actual de la democracia.Por ejemplo con su recuperación del concepto de parresía ( el coraje de decir la verdad) que aparecerá en uno de sus últimos seminarios : El gobierno de sí y de los otros.
Foucault
va de una etapa inicial poco politizada
a una politización excesiva que finalmente le conducirá a una posición equilibrada. Será ética que
se abrirá a la política, pero no se reducirá a esta. Gente tan
interesante como Nikolás Rose han seguido este itinerario de manera muy fecunda.
Foucault busca un marco político donde se puedan desarrollar las
opciones personales, la propia singularidad, contra el poder de
normalización o el dominio de los unos sobre los otros. Pero a Foucault no se le puede negar que se coloca siempre del lado de las víctimas, de aquellos a los que la sociedad quiere callar. Foucault
sabe que esto no lo
puede garantizar el liberalismo, es demasiado lúcido para caer en
esta trampa de muchos antiguos compañeros de viaje. No pierde el sentido
crítico, que quizás solo abandonó el algún momento fascinado por el maoismo post-sesentayochentista o más tarde la revolución iraní.
A Foucault
hay que entenderlo en su contexto personal y social, con sus luces y
sus sombras. Pero sobre todo hay que saber utilizarlo como una caja de
herramientas, como bien
sabiamente él mismo nos proponía. Libros como éste nos ayudan muy
dignamente a hacerlo.
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