martes, 10 de diciembre de 2013

MICHEL FOUCAULT Y LA POLITICA

Escrito por Luis Roca Jusmet

 


 Jacques Rancière dice que Foucault no habla de política ni del sujeto político. La política para Rancière es la acción de los sin-parte frente al orden establecido y a los lugares asignados. Es la división que establece la policía ( los gobernantes) a los sujetos. La política es la democracia, es decir, el dispositivo de enunciación y de manifestación de un colectivo que no acepta este reparto. Foucault dice, no habla de política, habla de policía porque habla de tecnologías de poder. Foucault, dice, no habla de subjetivización política, que es colectiva, sino de un sujeto que se ocupa de sí mismo. Foucault no habla de política porque no le interesa, ni teórica ni prácticamente. Foucault habla de gobierno de sí y de gobierno de los otros, habla de tecnologías de poder y esto, para Rancière, no es política. Es el Estado policial y las resistencias que produce, no la acción política democrática de los que se oponen y crean alternativas. Es el consenso, negación de la política.
 Foucault aclara la cuestión en las respuestas a una entrevista que le hicieron en la Universidad de Berkeley en abril de 1983, un año antes de su muerte y el mismo en que desarrolla en su seminario anual ( curso 1982-83) llamado "El gobierno de sí y de los otros".

 En la desgraciadamente desaparecida revista Archipiélago ( número 22 ) aparece esta entrevista. El traductor es Fernándo Alvarez-Uria, uno de los sociólogos críticos que más partido le han sacado a "la caja de herramientas" foucaultiana.
 Subrayo aquí algunas de las ideas fundamentales que he extraído de la entrevista.
1) La crítica a las derivaciones políticas de una teoría filosófica. Los casos que citan son los de dos de sus maestros : Heidegger y Nietzsche. Pero lo que dice en la entrevista me parece ambiguo. Dice que las prácticas políticas no son consecuencia de una teoría filosófica. De acuerdo en los dos casos, aunque en el primero hablamos de la militancia nazi de Heidegger y en la segunda de la supuesta influencia de Nietzsche sobre el nazismo. Pero luego dice que la práctica política deriva del ehos filosófico, entendiendo aquí la filosofía como forma de vida. Parece una cierta contradicción. Más bien me parece que en el caso de Heidegger fue un error personal, mezcla de oportunismo y de falta de visión respecto a lo que era el nazismo. No creo que tuviera que ver con su ethos filosófico, sino con una etapa oscura de su vida personal. En el caso de Nietzsche no creo que tuviera nada que ver con el nazismo, aunque sí con actitudes antidemocráticas y aristocráticas, que formaban parte de su ethos filosófico. En todo caso esta bien criticar estas actitudes inquisitoriales, como la de Victor Farias con Heidegger o Nicolás González Varela con Nietzsche ( esta, por supuesto avant la lettre). Y filosóficamente, por supuesto a Habermas, que también se equivocó con Foucault al plantear que se crítica al poder conducía a un callejón sin salida.
2) Foucault acepta que su preocupación es básicamente ética y no política. Que la política le interesa en el marco global de la ética. En "El gobierno de sí y de los otros", de todas maneras Foucault dice, en contra de la afirmación de Rancière, que le interesa el sujeto político más que la política. Foucault afirma implícitamente que un filósofo se interesa por los problemas a la vez generales y concretos que plantea la política. Pero que, como tal, no puede identificarse con una tendencia política específica porque esta es muy totalizadora y parcial. Otra cosa es que el filósofo deba comprometerse políticamente, pero más desde su ética personal que desde una ideología política. Foucualt cita el caso de Cavaillés, filósofo de la ciencia que se implicó y se arriesgó más en la resistencia antinazi que los filósofos del compromiso ( Sartre, Simone de Beauvoir, Merlau Ponty)
3) Foucault mantiene una posición equilibrada, matizada, respecto al consenso. A veces es necesaria y a veces no. Contra los principismos de Habermas ( política es consenso) o de Rancière ( política es anticonsenso).
4) Foucault aclara su posición definitiva respecto al poder. El poder no siempre es dominio. Hay relaciones de poder que pueden ser necesarias. Ejemplo : relación maestro-alumno, en el que el primero transmite un saber al segundo, que le reconoce. De aquí podríamos deducir una crítica a la teoría pedagógica de Rancière, que plantea que no es una relación de poder.

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