lunes, 23 de diciembre de 2013

IMMANUEL WALLERNSTEIN. LA ECONOMIA/MUNDO CAPITALISTA


Escrito por Luis Roca Jusmet

 


  Wallernstein es, sin duda, uno de los grandes científicos sociales del momento. Una de sus reflexiones interesantes tiene que ver con el tipo de saber que ha generado la Economía-Mundo capitalista. La función que tiene en el sistema esta producción y distribución del saber. También sobre  la necesidad de la superar este planteamiento desde los movimientos alternativos.

  Para Wallerstein vivimos en una época que ha producido un saber que impide entender y mejorar el mundo en que vivimos. No es que este saber sea inútil para el sistema. Es útil en dos aspectos : funciona como una ideología y como un saber instrumental. Desde el siglo XIX se ha consolidado un tipo de saber orientado por la ideología liberal positivista. Este saber se ha extendido enormemente siguiendo un determinado modelo organizativo, que es el universitario. Cada Universidad se divide en facultades, estas en departamentos y estos en cátedras. Cada una ocupándose de lo suyo, de una disciplina tan específica y precisa como fuera posible. Sin saber nada de las otras. Con sus jerarquías y sus publicaciones académicas.




Este tipo de saberes se basan en una serie de supuestos.


  1. Las ciencias físico-naturales son el modelo y la prioridad. Toda ciencia debe seguir su método y son los estudios que deben potenciarse porque la tecnología y su desarrollo depende d estos conocimientos.
  2.   El conocimiento  de la sociedad está basado en la diferencia entre el conocimiento del pasado ( historia) y el presente ( ciencias sociales) . No podemos hacer una historia del presente . La historia se basa en los archivos Las ciencias sociales son el estudio científico de la sociedad. Pero este estudio científico se compartimenta en varias polaridades.
  3. La primera polaridad es Occidente/Oriente. Occidente es el Progreso, que se manifiesta en la diferencia entre la Sociedad civil, el Mercado y el Estado, las tres formas de racionalidad. La Sociedad civil la estudia la Sociología, el Mercado lo estudia la Economía y el Estado las ciencias políticas. Occidente somos nosotros mismos, que nos estudiamos de manera científica. Oriente es el Otro, que estudiamos a través de los Estudios Orientales ( grandes civilizaciones : India, China) o la Antropología cultural ( sociedades primitivas).
     
     Esta distribución del saber impide que entendamos el mundo en que vivimos porque nos plantea una serie de conocimientos cada vez más parcializados y especializados, que nuca se relacionan en una visión global. Se mitifica el conocimiento científico como algo objetivo, neutro y desinteresado. Se concibe la ciencia de una manera dogmática. Queda excluida cualquier transformación queda relegado al ámbito de la opinión, de las preferencias, de los subjetivo.



  Entre 1945-1960 este sistema se consolida. Richard Peet, geógrafo de izquierdas algo más joven que Wallerstein ( Peet nació en 1940 en Gran Bretaña y Wallerstein en 1930 en New York) nos ha explicado como el neoliberalismo está privatizando el saber y convirtiéndolo en un negocio. El acceso al conocimiento académico corre cada vez más a cargo de empresas privadas. Empresas de comunicación controlan la producción académica de alto nivel. Las revistas más prestigiosas pueden generar unos beneficios de un millón de dólares al año: la suscripción puede costar hasta 5.000 dolares anuales. Cito ahora a Peet como un analista del tema que pone de manifiesto la radicalización de la lógica de la que habla Wallerstein.


  Pero a partir de los años 60 surgen toda una serie de movimientos de protesta antisistema :movimientos anticoloniales, estudiantiles, obreros, pacifistas que sacuden todo el planeta. Todo esto se refleja en la aparición de un concepción del saber crítica y alternativa, de las que el propio Immanuel Wallerstein será un excelente ejemplo.


  Wallerstein aprende mucho de Franz Fannon, al que conocerá en los años 60. Aprende de él, dice, la racionalidad de la violencia anticolonial. Wallerstein va aprendiendo de diferentes maestros. Destacan Karl Polanyi, que le enseñara que que hay tres modos de comportamiento económico. El primer modo es el de la reciprocidad, que funciona a nivel de microsistema ( pequeñas sociedades autónomas). El segundo es la redistribución ( que funciona el los Imperios como Sistema-Mundo). El tercero es el intercambio, que es el que funciona en el Capitalismo como Economía-Mundo.

  Pero hay dos influencias teóricas que serán determinantes para Wallerstein . Por una parte la del historiador Fernand Braudel. Él introduce en los estudios históricos la larga duración, término excluido entre lo permanente y lo cambiante. La larga duración se corresponde con los sistemas estructurales de la historia humana. Este descubrimiento enlaza con la otra, la de Ilya Prigogine, físico renovador con su noción de la flecha del tiempo como característica de los fenómenos físicos irreversibles. Esta flecha del tiempo permite establecer el estudio de estructuras que tienen un inicio, una duración y un final. Plantea también la absurdidad de considerar que el tiempo es reversible. Braudel y Prygogine proponen una nueva alianza entre las ciencias naturales y las ciencias sociales, entendidas ambas como ciencias de la complejidad. Tanto el mundo natural como el mundo social están indeterminados. O mejor, funcionan por un determinismo caótico. No son leyes mecánicas previsibles sino una conjugación de factores imprevisibles los que determinan lo que ocurre.

Finalmente Wallerstein reconoce también la importancia de los estudios culturales. Con ellos aprendió que todo saber es una construcción social.



  Hay que plantearse entonces, nos dice, una ciencia unificada, unas bases comunes para la ciencia. El estudio de la sociedad debe correr a cargo de una ciencia social histórica única. Evidentemente hay que especializar los estudios pero siempre dándoles una perspectiva global.

Propuestas metodológicas para la ciencia social histórica ( partiendo de la base que todas las interpretaciones son parciales y que hay que llegar a acuerdos) :



  1. El Sistema-Mundo como unidad de base para el análisis de la ciencia social histórica. Excepto si hablamos de microsociedades el punto de partida no es lo simple sino lo complejo. Son los sistemas globales los que te permiten entender los hechos locales.
  2.  La diferencia entre duración y tiempo. La duración es la dimensión estructural y el tiempo la dimensión histórica. En el tiempo está los agentes sociales que modifican las estructuras. Las estructuras nacen, se desarrollan y mueren. Tienen su lógica y su dinámica pero la acción humana puede modificarla.
  3.  La distinción entre los cambios cíclicos ( históricos) y los sistémicos ( estructurales). En estos últimos se da una crisis que desembocará en un final. Todo sistema tiene unas tendencia y un límite.
  4.  La concepción de la crisis como generadora de una bifurcación  que permite siempre dos salidas diferentes. 
  Pero lo fundamental es que hay que volver a ligar la filosofía con las ciencias sociales e integrar en ellas la reflexión sobre lo Bueno, lo Justo y lo Bello al lado de la búsqueda de la verdad. Y la ciencias sociales y la historia se han de unificar en una ciencia social histórica con diferentes especializaciones que se integran en un saber común



  Personalmente me parece que Immanuel Wallerstein es uno de los sociólogos y teóricos de la izquierda más interesantes. Agradezco a mi amigo José Antonio Cerrillo el habérmelo “presentado” en el sentido intelectual.

¿ Críticas ? Una reserva y una crítica. La reserva : es quizás demasiado estructuralista. No estoy seguro. La crítica es que la ciencia social histórica deben ser diferente de la filosofía, aunque deben interaccionarse. Creo que el científico social debe mantener una objetividad, dando a este término el carácter limitado que tiene. Otra cosa es que debe contribuir a la reflexión filosófica de carácter político, ético y moral explicando otras realidades posibles que han existido y de las que se pueden aprender.

No hay comentarios:

Publicar un comentario