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Escrito por Luis Roca Jusmet
He de reconocer que me he dejado seducir dos veces por la cómoda seguridad que da el estructuralismo para explicar el capitalismo. Primero me ocurrió con el marxismo de Althusser y segundo con la teoría de la economía-mundo de Wallernstein. Son dos pensadores potentes que en modo alguno quiero subvalorar. Ellos mismos van mucho más allá que las escolásticas que generaron. Pero la visión estructuralista del capitalismo es errónea si no la entendemos en sentido nominalista. Es decir, si pretendemos que realmente hay una estructura permanente desde hace unos siglos a nivel mundial con una lógica global que explica lo que ha ocurrido en este tiempo. Nominalista quiere decir que conceptualizamos algo de manera conceptual, aunque no arbitraria, basándonos en propiedades reales de los procesos. De esta manera capitalismo es un concepto operativo pero que, como cualquier concepto, nos sirve para aproximarnos a la complejidad de lo real.
Con la palabra democracia ocurre lo mismo. Es una palabra que hace referencia a una serie de procesos complejos que unificamos bajo este término. Cualquier definición cerrada de democracia
es limitada. Pero en todo caso debe responder a procesos reales y no ideales. La definición que me gusta más es la del sociólogo historiador Charles Tilly. Dice : "Es una consulta amplia, protegida y vinculante a los ciudadanos".
El capitalismo como sistema económico basado en la lógica del beneficio es, evidentemente antidemocrático. A los empresarios, grandes o pequeños, les mueve el interés de aumentar sus beneficios y no quieren consultar ni pedir permiso a nadie para hacerlo. Y menos sufrir limitaciones por parte d elos políticos. Necesitan además al Estado para funcionar : infraestrructuras, sistema fiscal favorables, subvenciones. Pero necesitan sobre todo seguridad. La seguridad la necesitamos todos pero los capitalistas necesitan además sentirse seguros respecto a sus propiedades.
John Locke es un filósofo inglés que falleció al comenzar el siglo XVIII. Vivió una época hist´roica convulsa que podemos identificar, entre otras cosas, con la aparición del Estado moderno y el capitalismo en Europa ( sobre todo en su país, Gran Bretaña. Hay que decir aquí que el Esatdo ni es un instrumento del capitalismo ni tiene tampoco nada de democrático. Como plantea Castoriaids no tiene nada que ver, si le buscamos antecedentes, con la democracia ateniense sino con el Estado imperial chino. El Estado moderno, como nos explica también Tilly basándose en datos empíricos, tiene que ver con las guerras y con otras muchas cosas diferentes al capitalismo. Genera una oligarquía propia, diferente de la capitalista, aunque pueda, en algunas circunstancias, confundirse o aliarse con ella. Los procesos son complejos.
Locke es considerado a veces por la izquierda por un liberal, ideólogo por tanto del capitalismo y contrario a la democracia real. En primer lugar quiero hacer dos puntualizaciones. La primera es que la teoría de las ideologías es también, en este sentido excluyente, una consecuencia de la teoría reduccionista de Althusser y Wallernstein. En segundo lugar hay que decir que el término liberalismo es posterior a Locke y por lo tanto sería anacrónico aplicárselo a él. Locke es interesante porque es irreductible a estos planteamientos reduccionistas. Locke es el primer defensor radical del derecho a la propiedad privada. Derecho que considera sagrado. En este sentido su filosofía es favorable a la burguesía de la época. Porque lo que quiere la burguesía es privatizarlo todo, empezando por la tierra, que en parte era comunal y en parte pertenecía a la Iglesia, a la nobleza o a la monarquí pero que no se entendía como mercancía. Locke, de todas maneras, tiene una concepción de la propiedad condicionada a una función social. No pensó nunca en el capital financiero. En este sentido no sé hasta que punto podríamos entenderlo como un ideólogo del capitalismo.
Locke es, por el contrario, uno de los teóricos modernos de la democracia, conjuntamente con alguién que nació el mismo año que él, Baruch Spinoza.