Escrito `por Luis Roca Jusmet
Para
Cornelius Castoriadis tanto la filosofía como la democracia responden al mismo
proceso creativo, específicamente griego . Ambos son una
invención que surge del cuestionamiento crítico de lo que hay. Responden a un
pensamiento creativo, que es a la vez crítico y normativo. Es crítico porque
cuestiona las leyes que hay y no acepta la autoridad y la tradición que las
fundamenta. Es normativo porque genera sus propias leyes. En este sentido son
una práctica y un discurso que expresa la autonomía individual y social :
auto-nomos. Por otro lado tenemos el de Jacques Rancière. Para Rancière la
democracia es un movimiento emancipatorio que busca la igualdad política. En contra del tópico de la democracia ateniense
como un dominio de las clases dominantes Rancière considera que lo que
representa es el acceso de los trabajadores pobres libres al gobierno de la
Polis. Es una práctica política, democrática, contra el orden policial
jerárquico establecido por las clases dominantes atenienses. La filosofía sería entonces una reacción a este
poder democrático.
¿Sería
la filosofía política de Platón crítica o normativa? En cierto sentido sería
crítica porque cuestiona lo que hay, que es la democracia ; pero en otro
sentido es normativa porque señala las normas del buen funcionamiento de la
polis. En realidad Rancière haría una precisión importante : para él lo que
hace Platón es una crítica policial a la política. Filosofía política aparecerá
entonces como una reacción policial a la democracia. Será entonces una
filosofía del orden esencialmente normativa que utiliza la crítica como arma
antidemocrática. Porque la democracia no es una filosofía, ni tan siquiera un
discurso, es una práctica de los sin-parte, de los excluidos de este orden.
Platón lo dice claramente : los trabajadores que se ocupen de sus oficios, que
ya tenemos a los sabios para gobernar con leyes, es decir, con normas.
Tanto
Castoriadis como Rancière son críticos con lo que hay. La ideología nos dice
que estamos en una democracia pero el análisis riguroso nos dice que no.
Estamos en una oligarquía liberal con elementos democráticos. Es una oligarquía
porque domina un grupo minoritario : esto es lo que hay. Este grupo minoritario
está formado por un poder económico y un poder burocrático-policial. El poder
económico es el poder de los grupos financieros del capitalismo global. El
poder burocrático o policial es el que surge del
parasitismo del Estado y es nacional. Esta oligarquía es liberal porque
gobierna a partir de unas elecciones y en un marco relativo de libertades. No
es un Estado de excepción permanente, nos advierte Rancière.
Castoriadis
formula una crítica de lo político en nombre de la política. Para él lo
político es lo jerárquico, tanto a nivel de empresas como de instituciones. Las
empresas son jerárquicas porque hay una división entre dirigentes y ejecutores.
Castoriadis rompe con el marxismo y su teoría del valor y de la plusvalía como
eje central de su denuncia al capitalismo. El problema no era la propiedad
privada de los medios de producción sino la gestión privada: el beneficio era
una consecuencia de esta división. En la URSS no había un Estado Obrero
degenerado, como formulaban sus antiguos camaradas troskistas, sino un
Capitalismo burocrático. Entre los dirigentes del PC soviético y los
capitalistas de los países capitalistas existía una jerarquía similar, el mismo
fondo con diferentes formas. Supo ver que el capitalismo acabaría en manos de
una burocracia de ejecutivos, que serían los que decidirían sobre empresas
multinacionales o entidades financieras. Su función crítica se basa en un
criterio y este criterio tiene que ver con la finalidad que asigna el ser
humano, que es el desarrollo de la autonomía. Autonomía quiere decir dotarse de
las propias leyes, es decir de las propias normas. En este sentido es
normativo, ya que propone lo que va a favor de la autonomía, que no es otra
cosa que la democracia. La democracia no es un procedimiento, es un régimen.
Este régimen implica que la sociedad es autónoma y está formada por personas autónomas.
Estos ciudadanos tienen capacidad de decidir sobre sus propias normas y sobre
las normas de la sociedad.